sábado, 17 de noviembre de 2012

TENER UNA CASA EN PROPIEDAD: UNA NECESITITIS.


En un momento de mi crecimiento personal, me dió un ataque de *necesititis. Necesitaba una casa para sentir que todo estaba bien, que avanzaba con éxito en la vida, que se cumplían las etapas que yo tenía en mente. Eso me decía a misma. En aquel entonces me encontraba de alquiler.

Mi amistades comenzaron a adquirir pisos en propiedad, y yo observaba con cierta envidia como conocidos con trabajos eventuales muy humildes, se compraban pisos. En esos momentos se veían muy felices de poder acceder  y tener las mismas oportunidades que todos. Pero en realidad no era más que un espejismo de lo que se cocía en otras cocinas (a nivel Europa). En más de una ocasión escuché ¡Ya lo pagaremos con salud y trabajo! Y yo también pensaba eso, no iba a tener tan mala suerte.

Ese deseo de tener, se adueñó de mi, ¡lo reconozco!. Incluso comencé a presionar a mi pareja para visitar pisos en venta.

¿Por qué el resto si y yo no? Ya era hora de que nosotros también tuvieramos una casa propia. Además me decía a mi misma: - Estar de alquiler es tirar el dinero-. Cómo si el alquiler fuese una escupidera con un boquete.

Recuerdo que en 2002, mientras esperabamos nuestro pedido en un establecimiento de shawarmas, un amigo que me acompañaba, me dijo que lo que estaba ocurriendo no acabaría bien. Al final las familias se endeudarían, nada más que podrían pagar las hipotecas, algunas ni eso, lo que traería un consumo mínimo y se reducirían los puestos de trabajo. Un visionario este amigo.

Tener, tener, tener nos dejamos meter en este bucle, cual ingenuo niño.

No tenía presente que me estaba comparando con el resto y no valoraba otras cosas, la cuestión era seguir ese mapa vital de ahora toca esto.

Entonces tenía que aprender algo, que cada cual debe asumir las consecuencias de sus decisiones, aunque desconozca dónde se mete.

Parece obvio, pero casi por inercia, y de manera subcosciente, según diría una buena amiga, activamos unos mecanismos ocultos y sacamos aprendizajes, basados en creencias, sentimientos y pensamientos absurdos, que hemos ido alimentando a medida que crecemos. Pensamientos que hicimos nuestros en algún momento de nuestra vida, sin cuestionarlos.

En estos aprendizajes se nos cuela que la mayoría hemos asumido vivir en base a unas etapas prefijadas: guardería, colegio, instituto, universidad, pareja, trabajo, piso, boda, a una vida con las mismas fases para todos, hecha a  medida...pero a medida de quién.

Conocernos bien a nosotros mismos, saber de dónde nacen esos deseos y si son realmente nuestros o de otras personas que lo volcaron sobre nosotros nos evitaría más de un dolor de cabeza.

Quizás sería interesante saber de dónde surge ese deseo de poseer una casa, de tenerla en propiedad, de sentirla nuestra. Porque al fin y al cabo ese deseo de tener en propiedad una casa es una necesititis sólo eso.
La Constitución habla del derecho a una vivienda digna no a tener en propiedad una vivienda. Pero entonces yo no lo entendía y sufrí por ello.

Por eso acabo con esta definición: una casa, es un sitio donde protegernos del frio o del calor. Ni más ni menos.

*Necesititis: creencia irracional de desear o querer de forma obsesiva algo. En caso de sufrirla se recomienda emplear en su lugar la palabra preferiría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Visita mi perfil en facebook: Nica Rove.
¡Gracias por tu visita! Vuelve pronto.